
El aislamiento y los efectos de la pandemia irrumpieron en la cotidianidad generando en la población el incremento de la incertidumbre y sufrimiento psíquico. Las consultas a profesionales de la salud mental van en constante aumento. Esta situación visibilizó que los servicios públicos de salud mental son insuficientes para contener a la población que consulta, además de la falta de servicios especializados en problemáticas específicas. El presupuesto con el que cuenta la provincia continúa siendo el mismo que en 2019.En el ámbito privado la situación es igualmente compleja. Las obras sociales usan menos del presupuesto establecido, con consecuencias que asumen, por un lado, los profesionales, al percibir honorarios muy bajos por sus prestaciones, y por otro, los afiliados, que ven reducidas sus prestaciones. Un pequeño sector puede acceder a tratamientos privados. Desde el CPT advertimos que la crisis se profundiza progresivamente, y que la sociedad en su conjunto sufre el aumento de patologías sociales.